miércoles, 16 de septiembre de 2009

Sin querer, te pienso

Una ráfaga de paz,
un momento de silencio,
una melodía en el aire
que nadie podría tocar.
Un instante fugaz,
de utopías alcanzables,
de recuerdos memorables
que añoran perdurar.

Varias notas de aquel tema
que no cesas de escuchar,
esas rimas de un poeta,
que amas, y siempre leerás.
Un instante de sueños vivos,
y ¡que imaginación!, me dirás,
pero vivo enloquecido
por hacerlos realidad.

Una inocente brisa,
una tenue luz
que me trae tu mirada,
una sonrisa
y unas simples palabras,
que me dijiste, y no olvidaré.

Un silencio cruel,
una pausa del deseo,
unas ganas incansables
de decirte que te quiero.
Un verso sin razón,
una idea sin sentido,
estas líneas tristes,
la desazón y el olvido.
Saber que estoy lejos de ti,
saber que no hay puentes tendidos,
el reloj muriéndose,
todo este tiempo perdido.

Un llanto a destiempo,
un mar sin olas,
una calle perdida
en una vaga ciudad.
Un pájaro sin alas,
una triste saeta
que corta el viento
y el yelmo de mi soledad.

Esta dulce presencia,
esta vaga conciencia
de lo que jamás será.
Este endeble andamio
a encontrarte algún día,
y esta melancolía
de respirar si no estás.

Esto es lo que pasa,
lo que invade aquel momento
en que sin querer te pienso.
Y no creas que no lo intento,
pero he de vivir así, y lo siento,
pensando fugazmente que es cierto,
que nada me impide creer,
que algún día tendré tus ojos
para mirarlos en noches etéreas,
y tendrás tú mi alma
para hacer con ella lo que quieras,
si aún crees que no fue suficiente,
que no significa nada,
morirme de repente,
y vagar inútilmente,
por el recuerdo de tu mirada.

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